La iniciativa de Antrepo, de simplificar el embalaje de algunos productos de marcas internacionales a la mínima expresión, es muy buena. En ella tratan de encontrar la versión alternativa simple para esos productos, mostrando dos alternativas y el original. Pueden verla acá: Minimalist-effect-in-maximalist-market

Personalmente me gusta el minimalismo, me gusta diseñar, algunas veces, en base a este, pero no estoy de acuerdo con la prostituida expresión “menos es más”, que se asocia generalmente a ello. Yo lo abordo como un “demás resta”,  puede sonar parecido pero me evita ambigüedades. Simplemente porque al basarse en la primera se puede pasar a llevar una de las bases indiscutibles del diseño: ser funcional.

Tomemos la propuesta de Nesquik que publicaron en Antrepo como ejemplo:

Nesquik

Si lo vemos por la premisa del menos es más, la primera alternativa (segunda imagen) es mucho más atractiva y ordenada visualmente, fija la atención en la marca. Tiene menos elementos, buscando hacerlos más pregnantes.

La segunda alternativa (tercera imagen) elimina los otros colores y cambia algunos tamaños. Es claramente más minimalista.

Pero ¿son realmente las alternativas mejores diseños que el original?

En mi opinión no lo son.

El conejo no estaba gratuitamente ahí, porque su función es clara, atraer a los niños, que son quienes piden Nesquik por sobre otro producto similar.
¿Elegiría un niño en un supermercado la tercera  o la segunda imagen? Creo que no, por lo mismo el diseño dejaría de ser funcional y por muy minimalista que sea, sería un mal diseño. Por tanto, atractivo para algunos, pero no para el publico objetivo del producto.

El minimalismo al diseñar es un tema complicado, que no se resume a solo tener pocos elementos, tener muchos espacios en blanco, odiar lo Candy o Esqueumórfico o diseñar en blanco y negro.

El minimalismo es un medio, no un fin.

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